En el bloque reservado para educación y salud, la mayoría de los postulantes presidenciales se inclinó por hablar de la educación.
José Luis Espert apuntó contra los sindicatos. "No puede ser que los más humildes pierdan 40 o 50 días de clases. Basta de paros Baradel", lanzó en referencia al gremialista bonaerense.
Y lanzó una propuesta: "para realmente realizar una lucha contra la pobreza vamos a relanzar las escuelas técnicas para quienes no quieran continuar con sus estudios terciaros".
"Hay que restablecer el examen de ingreso", lanzó, en referencia a las universidades públicas.
Roberto Lavagna planteó que debe cambiarse el modelo. "Creemos en un proceso de centralización, acordado con las provincias, para terminar con este mosaico de 24 sistemas diferentes", remarcó.
El actual presidente, Mauricio Macri, se refirió a las inversiones para conectar a las escuelas a la red de internet. También, de las pruebas Aprender. "Los resultados fueron muy malos. Muchos chicos que terminan el colegio tienen problemas para entender textos o multiplicar. Le llevamos internet a cinco millones de alumnos. Pusimos robótica y programación desde jardín de infantes", señaló
Alberto Fernández lo cuestionó. "Si hay dos cosas que no atendió Macri fueron la salud y la educación. Piensa que hay gente que tiene la desgracia de caer en la educación pública. Si de verdad le interesa, ¿por qué trató tan mal al Conicet, a nuestros científicos y a nuestros investigadores?", se preguntó.
Nicolás del Caño fue contundente: "Macri es un enemigo de la educación pública. Presidente, no hay gas en muchas escuelas".
Finalmente, Juan José Gómez Centurión, planteó la necesidad de apuntar a las escuelas de oficios. "Vamos a crear escuelas técnicas y de oficios, vinculando el conocimiento con la práctica", cerró.